Toyota
El origen de Toyota está muy ligado a la industria textil. Sakichi Toyoda era el propietario de uno de los telares más importantes de Japón. Sakichi fundó en 1890 la Toyoda Spinning & Weaving Company y en 1918 la Toyoda Automatic Loom Works. Además fue el inventor de un telar automático, cuya patente vendió en 1929 (un año antes de morir) a una empresa británica. Sakichi, al que muchos se referían en Japón como el Rey de los Inventores, creía que las grandes invenciones no tenían una motivación económica sino que su objetivo era el de cambiar el mundo, eso sí, con trabajo duro, perseverancia y disciplina. Cuando Sakichi Toyoda falleció, su hijo, Kiichiro Toyoda, heredó el sueño de su padre y tomó las riendas de la empresa familiar, inició las primeras investigaciones con motores de gasolina y, con las 100.000 libras obtenidas de la venta de la patente del telar automático unos años antes, Kiichiro creó Toyoda Motor Co. Ltd. En esos momentos la fabricación de automóviles la veía a más largo plazo, pero ya tenía una división dentro de la empresa de investigación. Su lema "making things" y su espíritu innovador le llevarían, años después, a campos más allá de los automóviles, llegando a coquetear con los aviones, helicópteros e incluso cohetes.
Kiichiro, ayudado por su cuñado, Risaburo Toyoda, contrató en 1933 a un grupo de ingenieros para formarle en la fabricación de automóviles y tratar de competir contra occidente (en aquella época General Motors y Ford ya se habían instalado en Japón como productores). Como no tenían experiencia desmontaron un Chevrolet de 1933 para estudiar sus partes y comprender sus principios y fundamentos. Así nacía la división de automóviles que tenía ante sí un problema básico a la hora de afrontar la producción a gran escala: la falta de materiales de calidad en un país que no estaba acostumbrado a disponer de ellos.
Para ello, crearon en 1934 el Centro de Pruebas de Materiales en la planta de Karlya, con el objetivo de desarrollar y optimizar la producción del acero, el material más común en la construcción de motores. Tras varios fracasos, en septiembre de 1934, Kiichiro y su equipo crearon el motor Tipo A, cuya potencia (65 CV) era la misma que la del Chevrolet que habían tomado como referencia. Y sólo un año después desarrollaba el primer prototipo de turismo, el A1 que, un año más tarde, cobraría forma como el primer modelo de Toyota, denominado AA Sedán, modelo que sirvió de punto de partida para la creación de Toyota Motor Co. Ltd. en 1937. El cambio de nombre de Toyoda a Toyota se produjo al ser Toyota una denominación más escueta y clara que Toyoda y sonaba mejor, además de que en la pictográfica escritura japonesa es más fácil escribir una palabra que otra, ya que Toyota se compone de ocho trazos, un número que da suerte en Japón.
En los inicios, la producción fue lenta. Kiichiro no quería fracasar por un éxito prematuro, a la vez que sentía una gran preocupación por los motores: quería mejorarlos en aspectos tan fundamentales como consumo, fiabilidad y suministro de piezas de recambio. En 1938 ponía en marcha la primera fábrica, Koromo, con una filosofía de trabajo moderna, es decir, la producción bajo pedido, de modo que todos los procesos de fabricación se llevaban con la máxima eficacia. En 1940 creó diversos departamentos, entre ellos, uno encargado de la investigación de la tecnología occidental para conocerla y mejorarla.
La segunda guerra mundial obligó a Toyota a reconducir su producción igual que les sucedió a los fabricantes europeos y americanos. Se dedicó a la fabricación de camiones para el ejército imperial japonés. El destino quiso que sus fábricas no fuesen bombardeadas durante la guerra: el conflicto acabó antes de que se llevase a cabo un bombardeo programado a su planta de Aichi.
En 1947 se retomó la fabricación de coches (entre el 45 y el 47 se dedicó a la producción de camiones para la reconstrucción del país) y el primero en salir de su factoría sería el Toyota SA, un modelo semejante en concepto al coche del pueblo alemán, con motor de cuatro cilindros de un litro de capacidad y 27 CV. El SA se convirtió en un modelo clave por ser el primero que se exportaría, a Egipto concretamente, y tecnológicamente por montar un motor de cuatro cilindros y suspensión independiente a las cuatro ruedas, caracterizándose además por su diseño moderno y aerodinámico.
1948 no trajo buena salud económica a la compañía y Kiichiro Toyoda abandonó la compañía tomando su relevo Taiichi Ohno, que introdujo un cambio en el esquema financiero de la marca. La complicada década de los 50 supuso, sin embargo, su expansión comercial. Para ello hay que situar el marco histórico. En China se acababa de instalar el comunismo, se presentaban las primeras desavenencias entre Estados Unidos y Rusia y en 1951 Corea del Norte invadía Corea del Sur.
En 1950 el
Ejército de Estados Unidos acudió a Toyota para la realización de un vehículo que fuese especialmente resistente, casi indestructible, para sus soldados estacionados en Japón. En realidad Toyota ya había puesto en marcha, en el curso de la Segunda Guerra Mundial, un proyecto para la fabricación de un vehículo 4x4 denominado AK-10 que no entró en producción hasta el final del conflicto. Tras efectuarse el encargo estadounidense los técnicos de Toyota se pusieron manos a la obra y en el término de seis meses estuvo listo el primer modelo BJ que, cuatro años más tarde, se comercializaría como Land Cruiser. Aquella primera versión equipaba el motor seis cilindros de 3.386 cc que montaban los camiones que se produjeron hasta entonces.
La parte más oriental del mundo estaba ya cubierta de toyotas gracias a la guerra de Corea, y llegó el momento de la expansión. Esta expansión le venía bien a Toyota, pues más mercados significaban más ventas y más ventas suponía mayor producción debido a la filosofía just in time, que también se conoce como método Toyota o JIT. Taiichi Ohno lo diseñó para la compañía y se puede definir como: producir lo que se necesita, en la cantidad que se necesita, para el momento en que se necesita. Una idea que Ohno se trajo de los supermercados americanos que reponían los productos según se iban acabando en los estantes.