Salamanca
Don Carlos de Salamanca y Hurtado de Zaldivar, Marques de Salamanca y Conde de los Llanos, nieto del primer Marques de Salamanca, abrió en 1907 el primer concesionario en España, importando Rolls-Royce para la nobleza y alta burguesía española.
En 1904 construyó un automóvil utilizando componentes de la marca francesa Malicet et Blin, sobre chasis y carrocería de madera. El motor era un monocilíndrico de 8 HP, disponía de caja de cambios de tres velocidades y marcha atrás.
El 15 de junio de 1913, Don Carlos de Salamanca se proclamó vencedor del Primer Gran Premio de España. El recorrido transcurría por la sierra de Guadarrama cerca de Madrid y cruzaba a la provincia de Valladolid. Poco más de 100 kilómetros que los pilotos debían recorrer en tres ocasiones. Don Carlos de Salamanca inscribió un Rolls Royce Alpine Eagle para competir en esa edición. Los bólidos británicos eran los claros favoritos para la victoria. De hecho, la factoría llegó a Madrid con su mejor piloto, Eric Platford, probador de Rolls-Royce y máximo aspirante a la victoria. A la carrera, como máximo representante de Rolls-Royce asistió Claude Johnson, cuyo cargo era lo que hoy en día sería un consejero delegado.
Durante las dos primeras sesiones, el probador oficial de la marca, Eric Platford, se mantuvo en cabeza por lo que parecía difícil que se le escapara la victoria. Sin embargo, fue el Marqués de Salamanca quien logró la victoria tras tres días de competición. ¿Qué pasó? Pues se podría decir que ésta fue una de las primeras ocasiones en las que se dieron órdenes de equipo. Se dice que Claude Johnson actuó de jefe de equipo cual escudería actual se tratase y tomó la decisión de que Don Carlos de Salamanca debía ganar la carrera ya que era más importante para la marca. Así Platford no tuvo más remedio que, a pesar de su dominio aplastante, ceder en la última vuelta el liderato, con lo que el Marqués de Salamanca ganó la carrera.