Renzo Rivolta era un amante de los deportivos de alto nivel de los que tuvo varios. De los Ferrari decía que eran muy exigentes en su conducción, ya que a el le gustaban la comodidades y las prestaciones por este orden, y en los coches de Maranello primaba la deportividad. De su Maserati comentaba: "es divertido pero siempre hay que estar gastando dinero en él. No hay un viaje tras el que no haya algo que falle", lo que le llevó a pensar que habría mercado para un Gran Turismo que fuera a la vez cómodo y fiable, idea en la que empezó a implicarse cuando el desarrollo del país hizo que los motocarros y coches como el Isetta fuesen perdiendo el favor del público, por lo que su firma pasó a basarse en las motos y en sus scooters, y decidieron entonces materializar su idea del Gran Turismo 2+2 con cómodas plazas traseras, de línea y estilo europeos pero dotado de una potente mecánica norteamericana, tal y como había hecho Facel Vega años antes. No es preciso decir que el mercado de los Estados Unidos era uno de los objetivos de Renzo Rivolta.
Por otro lado, John Gordon pertenecía a esa inagotable estirpe de británicos con afición y creatividad en la fabricación en pequeñas series de automóviles especiales partiendo de elementos de otras marcas. En los 50, y a partir del Triumph TR3, fabricó un coupe con la marca Perlees que tuvo su momento de gloria al clasificarse 16° en Le Mans en 1958. Así decidieron entonces construir un Gran Turismo de más nivel al que pensaba dotar de un V8 del Chevrolet Corvette, y al no aceptar sus socios de Perlees la idea, se separó de ellos creando la sociedad Gordon Automobile Company cuyo propósito era el de hacer un "Aston Martin DB4 fiable". Construyeron una unidad para cuya carrocería contactó a Bertone, que le encargó el diseño a un joven recien fichado por él llamado Giorgio Giugiaro que ya había elaborado el coupe Alfa Romeo 2000/2600. Todo iba viento en popa y el Gordon GT fue presentado en el Salón de Ginebra de 1960, pero entonces ocurrió que su socio financiero, que había asegurado que no habría problemas de tesorería, confesó que no solo no había una libra en caja sino que la sociedad tenía deudas, figurando Bertone entre los acreedores. Tras hablar John Gordon con el carrocero, este le propuso que le mandara el coche a Italia y que el trataría de venderlo no como tal coche, sino como proyecto llave en mano, y entre los posibles candidatos habló con Renzo Rivolta que probó personalmente el coche y quedó muy satisfecho, hasta el punto de que decidió producirlo tal cual bajo la marca Iso.
Su siguiente paso consistió en llegar a un acuerdo con John Gordon, cosa que logró, con lo que encargó a Bertone algunos cambios estéticos, con un techo más horizontal para mayor comodidad de los pasajeros, y un frontal distinto mucho más atractivo. Renzo Rivolta pidió a su ingeniero Raggi que estudiara el equipamiento con el que dotar a la fábrica para acometer la fabricación de este automóvil. Raggi le habló de posibles mejoras a efectuar en el chasis, pero el patrón dijo que lo harían tal cual, sin cambios.
1961 fue un año magnífico para Ferrari, que arrasó en la Fórmula 1, en prototipos y en GT. Solo la desaparición de Von Trips puso una nota amarga en la temporada, pero en el mes de noviembre sus principales ingenieros y altos cargos fueron despedidos de manera fulminante por Enzo Ferrari, con lo que hombres como Giotto Bizzarrini (el ingeniero jefe de Ferrari) y Carlo Chitti (el ingeniero de motores) se encontraron en la calle, pasando Bizzarrini a establecerse como consultor.
Bizzarrini no era un ingeniero cualquiera, y prueba de ello la tenemos en que durante su mandato se diseñaron los Testa Rossa y TR 3 litros de 1957, los Ferrari 250 GT2+2 y 250 SWB de 1959, y el mítico 250 GTO desarrollado por él en 1961 que fue operativo en 1962. Con ese bagaje pronto tuvo encargos por parte de dos importantes personajes de la región que fueron Ferrruccio Lamborghini y Renzo Rivolta. EI primero, un gran industrial que fabricaba desde tractores a aparatos de calefacción, deseaba producir un Gran Turismo de calle, encargándole a Bizzarrini el diseño de un motor que debía tener 12 cilindros en V (como los Ferrari) y doble eje de levas por bancada, esto es, cuatro ejes de levas, algo que Ferrari no había hecho aún en un coche para el publico, lo que dio origen al motor del Lamborghini 350 GT, el primero de la saga de la marca del toro.
Otro gran industrial en contactar a Bizzarrini fue Renzo Rivolta. La realidad es que 'su' coche, el ex Gordon GT, ya estaba listo para ser producido con algunos cambios en su línea, pero su ingeniero Raggi le comentó que no perdían nada por hablar con él y que incorporar el nombre de Bizzarrini al proyecto le daría un toque de distinción, así que Bizzarrini fue contactado y, tras probar el Gordon, dijo que el coche estaba listo para entrar en producción, pero Raggi aprovechó para comentarle su idea de hacer un chasis con laminas de acero estampado unidas entre sí en vez del típico de doble viga de casi todos los coches de este tipo en esos años, chasis que podría ser tan rígido como el de doble viga pero más ligero, y a Bizzarrini le gustó la idea, por lo que una vez convencido Renzo Rivolta, los dos ingenieros se pusieron manos a la obra
para lograr un chasis de excelentes resultados. Bizzarrini se implicó mucho en su puesta a punto y aprovechó su enorme experiencia con los Ferrari de competición y de calle.
Así las cosas, en junio de 1962, el chasis #001# del GT bautizado como Iso Rivolta IR300 se presentó a la prensa. No deja de ser curioso pensar que este modelo no habría visto la luz sin el Gordon GT adquirido como modelo a reproducir, pero finalmente el chasis fue de diseño propio y la carrocería distinta, y gracias a ese chasis Bizzarrini no solo fue un nombre que añadir como reclamo, sino una parte fundamental del proyecto.
Un Gran Turismo para 4 cómodas plazas, lujoso, rápido, de buen comportamiento y fiable habían sido las condiciones fijadas por don Renzo, y eso es exactamente lo que era el Iso Rivolta, que tuvo una buena aceptación en Europa y en Norteamerica.
Tras acabar el Rivolta su carrera en 1970 con 801 unidades construidas (sumando los IR300, IR340, IR350 e IR365) en 1969 se presentó su sustituto bautizado como Iso Rivolta Lele, con más espacio para las plazas traseras, e incluso se pensó en una gama paralela de deportivos más asequibles basada en el LMX del ingeniero Liprandi, el mismo que diseñó el chasis del Dodge Boulevard para Pedro Serra (el mundo es un pañuelo), pero finalmente no hubo acuerdo.