Cross Lander
En una visita a Rumanía a principios de los años 90, John Pérez, un ejecutivo de ventas y marketing, se familiarizó con la línea de vehículos 4x4 del fabricante rumano ARO. Con más de 360.000 vehículos producidos desde 1957, Pérez pensó en la gran aceptación que los 4x4 de ARO habían tenido en Europa durante los años 80, y pensó en el gran potencial y en la aceptación que estos vehículos podrían tener en Estados Unidos y América latina.
Un buen número de ejércitos estaban utilizando este vehículo en la Europa del este y África y habían alcanzado un éxito similar al de los Jeep de la Segunda Guerra Mundial y los Hummer en la Guerra de EE.UU. contra Irak en la denominada Operación Tormenta del Desierto.
Pérez pensó que un vehículo ARO potenciado podría ser exportado rápidamente a América del Norte y América Latina y podría llegar a un segmento del mercado deseoso de vehículos 4x4 por un precio inferior a los 20.000 dólares.
Pérez observó también que otros fabricantes no habían sabido satisfacer todavía de forma adecuada a ese segmento del mercado. Los principales fabricantes de automóviles eran reacios a ofrecer un vehículo de esas características debido a los altos costes de producción y a los bajos márgenes que podrían obtener.
En 1997, unos años después de pensar en esa oportunidad, Pérez obtuvo la financiación necesaria para llevar a cabo lo que según él era una potencial oportunidad de negocio.
En 1999, Pérez constituyó la Lacaro Auto Distributors, Inc. y obtuvo una exclusiva para la distribución y venta de los vehículos rumanos ARO en todo el continente americano (excepto Brasil). Entre 1999 y 2001, la Compañía distribuyó aproximadamente 800 vehículos con puntos de venta en Bahamas, Bolivia, América Central, Colombia, República Dominicana, Jamaica y Perú.
En el año 2000, Pérez se planteó la posibilidad de construir una planta de montaje adicional en Méjico o América del Sur para sustituir la planta de Rumanía.
A partir de aquí, John Pérez llegó a un acuerdo con Julio Ive Albertoni. Albertoni era el segundo principal accionista de KIA en Brasil y también el mayor fabricante de barcos Bayliner fuera de los Estados Unidos.
Se constituyó la Cross Lander do Brasil, presidida por Albertoni y la Cross Lander-USA, presidida por Pérez, esta última como subsidiaria de la Lacaro Auto Distributors.
Cross Lander estableció una exclusiva para la distribución de los vehículos ARO a través de Cross Lander-USA en todo el continente americano (excepto Brasil). La distribución y venta en Brasil quedó a cargo de la Cross Lander do Brasil.
Cross Lander, adquirió el 66% de las acciones de ARO en Rumanía, hasta ese momento propiedad al 100% del gobierno rumano.
En 2002 y con una inversión de 32 millones de dólares, Albertoni y Pérez inauguraron conjuntamente una nueva planta de ensamblaje de vehículos ARO en Manaus, Brasil. La previsión era que en el transcurso de los dos primeros años, esta planta alcanzara una producción de 12.000 vehículos anuales, facilitando así la distribución de los vehículos ARO a toda Latinoamerica.
En Septiembre de 2003, Cross Lander compró el 34% restante de las acciones de ARO al gobierno rumano, haciendose así con el control total de la Compañía.
A partir de ahí, los planes de la Cross Lander pasaban por el empleo en un futuro cercano de motorizaciones Ford, descartando paulatinamente la utilización de los motores Renault y Andoria utilizados hasta el momento, así como una susceptible mejora de las calidades y acabados de toda la gama, descartando por el momento la posibilidad de la creación de modelos totalmente nuevos, en cambio se presentó un modelo en el mercado norteamericano basado en el ya existente ARO 244, con la batalla aumentada a 244 mm, motor de 6 cilindros y 207 caballos de potencia.