Renault 4 L Parisenne

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El proyecto para crear el Renault 4 se remonta a 1956, cuando los Renault 4/4 estaban en Francia en pleno apogeo y acababa de iniciarse la producción del Renault Dauphine. La economía gala iba viento en popa y cada vez eran más las personas que se planteaban la compra de un automóvil. En este contexto, los hombres de la Régie examinaron de cerca el éxito del Citroën 2CV, un utilitario de gran capacidad en comparación con los microcoches, bien adaptado al uso rural y de mantenimiento reducido.
A partir de ese momento fue tomando cuerpo el proyecto 112, que entre sus ideas básicas "deberá contar con un suelo plano, una suspensión de mucho recorrido pero que ocupe poco espacio, la máxima capacidad interior posible y un acceso fácil, siendo más importante la practicidad que la estética, procurando que sea menos feo y más exportable que el Citroën 2CV".

Ahora bien, una cosa es encargar un proyecto y otra bien distinta es llevarlo a cabo con éxito. Después de estudiar a fondo todas las alternativas posibles, los ingenieros de la Régie se decantaron por una plataforma a la que se sujetaban todos los componentes mecánicos, tracción delantera y suspensión por barras de torsión, longitudinales las delanteras y transversales en paralelo las traseras (razón de que la batalla sea más corta en el lado posterior izquierdo que en el derecho). En cuanto al motor, probaron alternativas de lo más variado, tales como un tetracilíndrico transversal, otro longitudinal, un bicilíndrico refrigerado por aire, otro refrigerado por agua, etc. Al final se impuso el sentido común e instalaron un motor similar al de los 4/4 y Dauphine detrás del eje delantero, con la caja de cambios de tres velocidades situada por delante del eje. Como innovaciones técnicas, el nuevo modelo incorporaba un circuito sellado de refrigeración y la supresión completa del engrase, gracias al empleo de anillos de goma en la mayor parte de las articulaciones del chasis y a la protección hermética de las restantes.

Después de casi tres años de pruebas con varios ejemplares en los climas más extremos del mundo fue presentado a la prensa en julio de 1961. El escenario elegido por Renault fue la comarca francesa de Camargue. Situada junto al Mediterráneo y repleta de caminos pedregosos, constituyó el lugar adecuado para que los periodistas tomasen contacto con un coche que al mismo tiempo era un turismo urbano y rural, una pequeña furgoneta e, incluso, algo cercano a un todo terreno. Ya en septiembre, fue novedad en el salón de Frankfurt aquella primitiva gama formada por los Renault 3, 4, 4L y 4L Super Confort.
Un mes después sucedía otro tanto en el Salón de París, donde 62.000 conductores (dentro de una hábil campaña publicitaria) pudieron probar alguna de las cuatrocientas unidades del primer turismo Renault de tracción delantera. Quienes lo probaron alababaron lo práctico del portón trasero, el comportamiento en carretera y su buena suspensión para zonas sin asfaltar. Sin embargo, su diseño no acaba de convencer, sobre todo en las versiones R3 y R4 sin tercer cristal lateral. No es de extrañar que en Citroën se alarmasen ante su aparición y presentasen una demanda por plagio del 2CV, que terminaron retirando.

El Renault 4 comenzó a producirse después de las vacaciones del verano de 1961, tras haberse dejado de fabricar el 6 de julio su antecesor, el Renault 4 CV, más conocido entre nosotros como Renault 4/4.
Dos años después, la Régie había simplificado la gama francesa ante el escaso éxito del Renault 3. La clientela prefería el motor de 747 cc y 24 CV, que desde septiembre de 1962 iría acompañada del 4L Super de 845 cc y 34 CV. Además, el Renault 4 fue ganando en equipamiento, con un departamento de marketing muy activo que incluso hizo un guiño al público femenino con la coqueta versión Parisienne, una versión especial que la Régie, en colaboración con la revista Elle, lanzó en marzo de 1963.
Pintado en color burdeos, con su característico cannage lateral de esterilla (diseñado por Roger Takahira), resultaba incontestable. Además, por dentro, el volante y el pomo del selector del cambio estaban hechos de pasta trasparente y los dos asientos delanteros independientes tapizados en paño le distinguían de cualquier otra versión del popular modelo. Esta decoración formaba parte de la operación de publicidad "Elle prend le volant" (Ellas cogen el volante), ideada con la revista Elle. A fin de que comprobasen las excelencias de aquel refinado Renault, 44.200 lectoras del papel cuché pudieron disfrutar de un centenar de Parisienne durante 48 horas.

Prototipo del Renault 4

Presentación del R4

Renault 4 (1961)

Renault 4 Parisienne