En 1976, se creó una importante fábrica en Valencia para atender las demandas de los mercados del sur en expansión. Su primer producto fue un pequeño automóvil de tracción delantera, llamado Ford Fiesta.
El 15 de septiembre de 1976 salía de Almussafes el primer Ford Fiesta fabricado en España. Unas semanas más tarde, el 25 de octubre, el encargado de inaugurar la fábrica del gigante americano en Valencia fue nada menos que el entonces Rey Juan Carlos I junto con Henry Ford II.
El pequeño Ford comenzó a fabricarse en cuatro versiones (Normal, L, Sport y Ghia) y tres motorizaciones (957, 1.117 y 1.298 cc). En 1976 el fiesta fue elegido Coche del Año en España y comenzó a producirse el 1300 S. En Julio de 1977 salía de Almussafes el Fiesta número 100.000 construido en esta fábrica y en noviembre salía de la cadena de producción el Fiesta número 500.000 del total de fabricados
En enero de 1979, la fábrica valenciana ya había fabricado el Fiesta 1 millón, y poco después, la marca del óvalo anunciaría que había alcanzado los 2 millones de unidades, lo que significaba que nuestro país había fabricado cerca del 50% del total de Fiestas producidos. En febrero se anunció que el Fiesta había desplazado al Seat 127 como el coche más vendido en España el año anterior.
De aquel primer utilitario salieron sucesivas versiones, varias de ellas de corte deportivo dirigidas a una clientela juvenil. El Super Sport era un claro exponente, destinado a ese grupo cada vez con mayor nivel adquisitivo. Derivaba del Fiesta 1300 S, al que se había dado un repaso eminentemente estético, con la adopción de faldón delantero, spoiler posterior, unas pequeñas protecciones verticales en los parachoques, dos retrovisores exteriores, franjas adhesivas en doble tonalidad colocadas en los laterales de la carrocería, llantas de aleación de 13" y neumáticos de perfil bajo (185/60OHR-13). La guinda deportiva la ponían dos proyectores de yodo de largo alcance y unos asientos envolventes de tipo Ghia. Debajo del capó, el Super Sport montaba el cuatro cilindros 1.300 de 66 CV, cuyo rendimiento permitía mantener cruceros por encima de 140 km/h. No obstante, en este apartado de prestaciones la excesiva anchura de los neumáticos suponía un arma de doble filo, pues si bien es cierto que aportaba un nivel de adherencia superior, constituía un lastre excesivo a componentes fundamentales como los frenos, sobre todo a la hora de animarse a una conducción deportiva. Otras consecuencias de ello eran el aumento del consumo de combustible y una velocidad máxima no tan brillante como cabría esperar.
Más puntos criticados en su tiempo fueron el tacto brusco del embrague y el elevado ruido interior, en especial en las plazas traseras. Ahora bien, mantenía intactas las notas sobresalientes del Fiesta: maniobrabilidad, facilidad de conducción y fiabilidad mecánica.
Presentado oficialmente en octubre de 1981, el Fiesta XR2 recogía el testigo del 1300 Super Sport. Para el XR2, Ford modificó ligeramente el frontal, sustituyendo los faros principales cuadrados por unos redondos, y le dotó de un diseño de llantas de agujeros específico. Por dentro, mantenía los asientos deportivos y un volante de dos radios de menor diámetro pero más grueso.
La diferencia significativa se encontraba debajo del capó. El motor 1.600 Kent con culata crossflow (el mismo de los Escort XR3) rendía 84 vigorosos caballos a 5.500 rpm. Estaba alimentado por un Weber 34 de doble cuerpo y tenía una compresión de 9:1. Con respecto al 1.300 del Super Sport, había algo más que 17 CV de diferencia: el XR2 tenía el brío que se echaba en falta en el anterior, corría más (170 km/h) y ofrecía unas agilidad y estabilidad claramente superiores.
En septiembre de 1983 apareció la segunda generación con unas líneas maestras en común, pero con un capó diferente y un diseno más estilizado y aerodinámico que modernizó su aspecto y ayudo al relanzamiento comercial del pequeño Ford. El XR2 MkII introducía una carrocería renovada, más aerodinámica, dotada también de aditamentos suplementarios, y dos importantes diferencias mecánicas: un motor de 96 CV y una caja de cinco relaciones.
Un año más tarde, en 1984, se introdujo la primera versión diesel de 54 CV con un motor compartido con el Escort que aún no había llegado a coches tan pequeños, lo que convirtió al Fiesta en pionero de este tipo de mecánica. La versión diesel también se ofertaba en acabado Ghia, a fin de romper con la idea de que un coche de gasóleo era un vehículo puramente utilitario.