El Porsche Cayenne era lo último que se esperaba de un reconocido fabricante de automóviles deportivos. El Cayenne fue el primer Porsche de cuatro puertas, y desconcertó a algunos periodistas e indignó a muchos entusiastas de la marca. El motivo, en una palabra, fue supervivencia. Las ventas de los automóviles deportivos de lujo habían caído estrepitosamente y Porsche estuvo a punto de desaparecer a principios de los 90.
la compañía nombró un nuevo consejero delegado, Wendelin Wiedeking, que entendía que el mundo había cambiado y Porsche tuvo que diversificarse. Como dijo a los reporteros a finales de 2002: "Para que Porsche continúe independiente, no puede depender del segmento más voluble del mercado... No queremos convertirnos en el departamento de marketing de un gigante... tenemos que asegurarnos de que somos lo suficientemente solventes como para asegurar nuestros propios futuros desarrollos".
En otras palabras, Porsche necesitaba una tercera línea de modelos, algo con más atractivo de cara a las ventas que el Porsche Boxster y el 911, si esperaba mantenerse en pie por sí mismo y tener los medios suficientes para seguir construyendo grandes automóviles deportivos.
Pero ¿por qué un vehículo de estilo todo terreno en lugar de, digamos, un sedán deportivo de lujo?. Porque el mercado americano estaba loco por los SUV y América seguía siendo el mayor mercado de Porsche. Además, dos rivales alemanes de prestigio habían añadido a su gama modelos similares: Mercedes-Benz en 1998 con la Clase M y BMW en 2000 con el X5.
Otro factor decisivo fue el hecho de que aproximadamente dos tercios de los compradores de Porsche poseían al menos otros dos vehículos, uno de los cuales era probablemente un SUV. Eso significaba que Porsche había estado perdiendo ventas respecto a otras marcas. Aún así, un vehículo 4x4 parecía una idea radical para Porsche, así que el departamento de marketing se esforzó en señalar que Zuffenhausen no había sido ajeno a la tracción total (Porsche 911 Carrera 4) o camiones. El legendario Herr Doktor Ferdinand había trabajado en ambos.
Renovando una alianza histórica, el Cayenne fue desarrollado en conjunto con el más barato Touareg, el primer SUV de Volkswagen. Esta fue una forma sensata de distribuir los costes de dos productos de relativamente bajo volumen de ventas. El acuerdo fue anunciado en 1998, Car and Driver lo denominó como "un apretón de manos entre Wiedeking y Ferdinand Piech, presidente del Grupo VW y el mayor accionista de Porsche". AutoWeek señaló que los ejecutivos de Porsche eran sensibles sobre esta nueva aventura con Wolfsburg, tal vez recordando las pedradas lanzadas contra el Porsche 914 y el Porsche 924, que utilizaron componentes de VW y Audi respectivamente.
Porsche gastó 124 millones de dólares en una nueva planta en Leipzig. No había sitio en las instalaciones principales de Porsche en Zuffenhausen, y aunque VW estableció la fabricación de sus Tuaregs en la cercana República Eslovaca, donde los costes de mano de obra eran más bajos, Porsche confió en el "made in Germany", lo que fue crucial para las ventas del Cayenne.
La nueva fábrica recibía las carrocerías pintadas de VW y varios módulos listos para el montaje de otros proveedores. Car and Driver señaló que la propia Porsche contribuyó sólo con un 20 por ciento del contenido total.
El primer Porsche Cayenne salió de la línea de montaje en la planta de Leipzig en Alemania en 2002. El ritmo de producción era de 70 unidades diarias. Incorporaba un motor V6 de 3.2 litros de cilindrada y 250 CV de potencia.
En 2006 fue reestilizado, al modificarse parcialmente la estética y la mecánica.
La segunda generación del Cayenne (Tipo 958) fue presentada en el Salón de Ginebra en marzo de 2010.