El 12 de febrero de 1951, Después de varias tentativas infructuosas con otras marcas, don Manuel Jiménez Alfaro y Alaminos firmó con la Régie Nationale de Usines Renault un contrato para la fabricación en España del modelo 4CV. Don Manuel tuvo que resolver las habituales trabas burocráticas y reunirse con autoridades del sector, para demostrar que encabezaba un proyecto serio y beneficioso para los intereses de España, algo de lo que don Manuel estaba convencido por su doble formación como ingeniero y militar. De hecho, uno de sus mayores logros fue la superación de las objeciones planteadas por el Instituto Nacional de Industria y por Seat (con Wifredo Ricart al frente) que veían un posible competidor en aquella futura factoría vallisoletana.
Con el compromiso de fabricar veinte ejemplares al día, y en tres años tener nacionalizado el producto, no había tiempo que perder. Además era necesario constituir una sociedad. A punto estuvo de denominarse Fabricación de Automóviles Renault S.A. (FARSA), y de quedar constituida el 28 de diciembre (festividad de los Santos Inocentes) de 1951. Inconveniencias semántica y festiva llevaron a que la firma definitiva se produjera el 29 de diciembre, bajo la denominación FASA (Fabricación de Automóviles S.A.).
Con la empresa ya creada, en 1952 se compró el solar de 60.000 metros cuadrados, se construyó la fábrica y se comenzó a contratar personal.
También llegaron de Francia algunos 4/4 desmontados, que sirvieron para que los proveedores estudiasen las piezas que tendrían que elaborar. Ya en marzo de 1953, comenzó a realizarse el montaje del prototipo por parte de un equipo compuesto por ocho empleados, aunque después hubo que dedicar otro mes a ajustarlo y rematarlo. El 4 de junio llegó desde Billancourt el primero de los vagones precintados, encargados de traer las piezas francesas necesarias para montar el modelo, junto a otros componentes que tenían proveedor español y que irían en aumento. Sin embargo, para entonces ya habían salido de una cadena de producción aún en rodaje y con un gran componente artesanal, las primeras unidades del famoso todo atrás. En concreto, el 18 de abril se completaba en la Cadena de Terminación el primer 4/4 de preserie, que al igual que las 83 unidades siguientes, se diferenciaron por incorporar seis piezas distintas, como el rombo esmaltado que presidía el frontal. Lo fabricaba artesanalmente un joyero vallisoletano, con un contorno de color rojo y un fondo amarillo, entre las líneas paralelas centrales figuraba la inscripción Régie Nationale Renault España en letras mayúsculas doradas. Sin embargo, pronto se dieron cuenta en FASA de que no hacía falta una pieza tan cara y la sustituyeron por un escudo circular elaborado con material plástico. Otro detalle que distinguía a estas primeras unidades eran sus cristales grabados con la expresión Luna Securit. Y es que en los meses previos al lanzamiento del modelo hubo problemas para dar con el grosor adecuado de los cristales, entre 6 y 7 milímetros, de cara a facilitar su montaje y asegurar la estanqueidad, y ese proveedor fue el que resolvió aquella dificultad.
Ya en el interior, el volante inicial era de tres piezas, brazos planos y el escudo prominente en el núcleo, pero enseguida fue sustituido por otro de material plástico. También variaban los mandos del arranque y del estrangulador del aire, que en estos primeros modelos corrían a cargo de unas palancas elaboradas en fundición, de las que salían hacia delante sendos cables que tenían que invertir el sentido. Era un sistema genial, pero demasiado caro y que obligaba a utilizar mucho cable, por lo que rápidamente se encontró una alternativa más adecuada.
Otras piezas diferentes eran el tapón de llenado de combustible de color rojizo con la palabra gasolina, que en las unidades posteriores prescindió de las ocho letras y el filtro de aire, que era de tipo tropical, en baño de aceite, siendo la palabra tropical una forma elegante de referirse a los países con carreteras sucias y descuidadas.
Otras particularidades de los primitivos 4/4 fabricados en España eran su calandra de seis bigotes, que en Francia ya se había sustituido en 1952 por la posterior de tres, y la complicada suspensión delantera que también se sustituyó en el país vecino por otra bastante más sencilla y efectiva.
Finalmente, el 12 de agosto de 1953, una docena de coches salieron del recinto fabril y se pasearon por la capital pucelana, con la consiguiente admiración y sorpresa por parte de la ciudadanía. El primero de todos ellos recibió la placa de matrícula M-106.741. El apelativo de cuatro-cuatro se debía al número de puertas y a la potencia fiscal (cuatro caballos en Francia).
Al comenzar 1954. varios centenares de unidades rodaban ya por España. El ritmo de producción superó los diez ejemplares diarios y el automóvil ya acabado tenía un 50 por ciento de piezas francesas y el otro 50 por ciento eran españolas.
Hacia 1956 ya se llevaban fabricadas 16.298 unidades del Renault 4CV, con un nivel de nacionalización bastante importante. La industria auxiliar empezaba a confiar en el proyecto de FASA.
En 1959, cesó la fabricación del Renault 4CV por parte de FASA, con un total de 26.298 unidades fabricadas.