Con los buenos resultados obtenidos de los motores con hélice como método para propulsar aviones y avionetas, algunos constructores e ingenieros estimaron que este artilugio podía también servir para mover vehículos terrestres. De hecho, durante bastantes años semejante idea se mantuvo en la cabeza de ingeniosos inventores y no faltaron prototipos a cuál más imaginativo...
Lo que hoy día conocemos como autorradio nació de la unión de dos pasiones: el automóvil y la música. El uso de los receptores de radio se generalizó hacia mediados de los cincuenta en Estados Unidos. Aquellos primeros aparatos de voluminosas lámparas de vacío y alimentación mediante pilas convencionales poco a poco dieron paso a la electrónica que rige las pautas actuales...
Los primeros automóviles no eran otra cosa que carruajes sin caballos movidos por un motor de explosión. En principio, aquellas diligencias motorizadas conservaban incluso el eje delantero, provisto de un travesaño con las ruedas solidarias al mismo y un pivote central en torno al cual giraba el conjunto. Dicho esquema, si en los vehículos tirados por bestias ya adolecía de limitaciones, con la mayor potencia de los motores y el consiguiente aumento de la velocidad que podían alcanzar los vehículos producía serios problemas de estabilidad, generando los temibles vuelcos...
El deseo del hombre de poder desplazarse con sus automóviles con la misma facilidad en el agua que en tierra es casi tan viejo como el invento del carruaje, ya que en 1588 el italiano Agostini Rawelli desarrollaba un carro de combate anfibio, arrastrado por caballos en tierra firme y provisto para el agua de dos ruedas de paletas que eran movidas por el conductor a través de unos pedales convencionales...
Estos inventos de tierra y aire no cumplieron con ninguno de los dos propósitos de manera satisfactoria: para ser avionetas eran demasiado lentos y muchas veces poco seguros, y para ser automóviles tenían la desventaja de sus ruedas pequeñas, carrocería estrecha y poco espacio interior. A esto se le añadió un precio mayor que el de un automóvil y de una avioneta juntos. La historia ha demostrado que nada es permanente ni definitivo, las ideas continúan...
Hay una fascinante y desconocida historia alrededor de los vehículos de más de dos ejes y seis u ocho ruedas. Pese a que las más antiguas referencias conocidas al respecto se remontan hacia el 1400 a.C., aún hoy no se ha dicho la última palabra...
El mérito de haber conseguido la tracción a las cuatro ruedas pertenece a los ingleses Timothy Burstall y John Hill, que prepararon un carruaje a vapor en 1824 con tracción a las ruedas traseras. Gracias a una articulación universal del árbol de transmisión fue posible, por simple cambio de ángulo, transmitir la fuerza a las cuatro ruedas. Parece ser pues que este modelo fue el primero donde apareció el cardán y la configuración 4x4...
En 1769, por las calles de París irrumpió un ruidoso y extraño carruaje que se movía sin ayuda de animales de tiro. Aquel artefacto estaba construido a partir de una pesada estructura de madera, con una enorme esfera de cobre colocada en voladizo por delante de la única rueda anterior. Un hombre a pie alimentaba un fogón bajo la gran caldera donde el agua hervía a borbotones. El vapor, conducido a través de un tubo hasta dos cilindros verticales, movía sendos pistones que transmitían su fuerza directamente a la rueda delantera por medio de unas bielas...
A principios de los cincuenta, la hegemonía del motor a explosión era manifiesta. Algunos fabricantes, sin embargo, buscaron otros mecanismos que proporcionasen mayor potencia e iniciaron serios estudios con la turbina de gas, de enorme difusión en el campo de la aviación...
La empresa Curtiss-Wright nació en Buffalo, Nueva York, el 5 de julio de 1929, como resultado de la fusión de 12 empresas diferentes asociadas con la Curtiss Aeroplane and Motor Company de Buffalo, Nueva York, y la Wright Aeronautical de Dayton, Ohio. Con 75 millones de dólares de capital, se convirtió en la empresa de aviación más grande del País.
La nueva empresa estaba compuesta por tres divisiones principales: la Curtiss-Wright Airplane División, que fabricaba estructuras de avión; la Wright Aeronautical Corporation, que producía motores de avión; y la Curtiss-Wright Propeller Division, que fabricaba reactores...